miércoles, 18 de febrero de 2009

Thriska y las arañas

Por: Arthur Alan Gore.
La última niña que se burlo había terminado el año escolar en el interior de una pecera. Desde que Thriska le hizo desaparecer los huesos, los demás prefirieron no molestarla nunca mas.
Thriska era amiga de las arañas y siempre traía a Indovina, su favorita, oculta entre los pliegues del sombrero. Para nadie era un secreto que su veneno, aunque no era mortal, podía hacer delirar durante muchos días a aquel que fuera picado, pero Thriska nunca la usaba en contra de nadie.
Un día, en medio del receso, varios niños se acercaron a ella.
- ¡No estudiamos para el examen de historia! – dijeron.
Thriska acarició la cabeza del atrópodo y respondió:
- Yo tampoco.
Y todos se retiraron a jugar.
Al cabo de una hora, los niños se encontraban en el interior de su salón, esperando a que llegara la maestra de Historia. Todos estaban seguros que nunca lo haría. A esa hora seguramente estaría dentro de la panza de un dragón o, mejor aún, ella sería el dragón y estaría vomitando fuego revuelto con tripas en la sala de profesores. Thriska se habría hecho cargo.
Pero la maestra llegó al salón en cinco minutos y repartió los exámenes.
Rodrigo escribió que Alejandro Magno había sido el conquistador de los Aztecas, que vivía a orillas del Mar Muerto. Sandra estaba segura de que Cleopatra fue la amante de Robespierre, y que durante el golpe de Estado en Chile, un ejército había entrado en la ciudad escondido dentro de un caballo de madera. Dórica titubeo, pero al final describió con detalles los tratados de paz firmados en 1945 por Mao y Atila. Pero nadie se atrevió a reclamarle a Thriska que no hubiera hecho nada, por temor a que pudiera castigarlos con algo peor que el cero que sacarían en el examen. Todos siguieron jugando con la niña, sin chistar.
A la semana siguiente, la maestra entregó los exámenes. Todos, sin excepción, habían sacado 10. De acuerdo con la maestra, no cabía duda de que Cleopatra fue amante de Robespierre o que Mao y Atila alguna vez fumaron la pipa de la paz.
- ¿Cómo lo hiciste? - Le preguntaron a Thriska durante el receso.
Ella le dio un besito a Indovina, que dormía en el dorso de su mano.
- Diosito no me lo va a perdonar, pobrecita, seguro todavía le duele.
Jaja!!!!!! Esta chida la historia…ps aki les dejo para k comente jeje…..